“…una función del
ser humano que sintetiza psiquismo y motricidad con el fin de permitir al
individuo adaptarse de manera flexible y armoniosa al medio que le rodea.” (De Liévre y Staes, 1992).
Las áreas del desarrollo psicomotor son cuatro:
Postural-motor.
Comprende el control sobre las áreas musculares, grandes y pequeñas; lo que permite la realización de movimientos tales como: reptar, sentarse, caminar, saltar, entre otros.
Se refiere a la capacidad para realizar movimientos donde el ojo sigue a la mano. Por ejemplo, garabatear o tomar una semilla e introducirla en un recipiente.
Lenguaje.
Sociabilidad.
Comprende la capacidad para establecer una adecuada relación consigo mismo y con los otros. Por ejemplo, conductas de autocuidado, así como cumplimiento de pautas sociales.
Observar y hacer seguimiento al desarrollo psicomotor, desde el nacimiento hasta los seis o siete años de edad es de mucha importancia, pues la evolución adecuada de estas cuatro áreas establecen las bases de la inteligencia y de la personalidad del adulto.