Uno de los elementos claves para el adecuado desarrollo social es la empatía. Esta es definida como la habilidad para colocarse en el lugar del otro, o en términos coloquiales "meterse en los zapatos del otro", y llegar a experimentar lo mismo que esa persona.
La empatía comienza a desarrollarse en casa, cuando el niño o niña logra entender el significado de las expresiones faciales y el habla de las personas que lo rodean. Para esto es importante que papá y mamá comprendan cómo se siente su hijo o hija, y se lo hagan saber: si tiene frío, si tiene hambre, si le aprietan los zapatos y es hora de comprar unos nuevos, si está triste o si está feliz, entre otros ejemplos, y que actuen en consecuencia, validando sus sentimientos y emociones, satisfaciendo su necesidad, si es el caso.
Ser empáticos con nuestros hijos e hijas nos ayuda a evitar situaciones que les puedan generar malestar, así como crear situaciones que eleven su autoestima. Por ejemplo:
¿Cómo se sentiría Ud. si de pronto se encuentra muy quebrantado (a) de salud, llama a casa para que lo (a) vayan a buscar al trabajo, y su familiar tarda horas en llegar, sin ninguna razón?. Me imagino que molesto (a) o triste.
Y ¿cómo se sentiría Ud. si después de un duro día de trabajo llega a casa y es recibido (a) con una espléndida cena y mimos?. Seguramente querido (a), apreciado (a), valorado (a).
"Métase en los zapatos de sus hijos", sea sensible a las emociones y sentimientos de sus hijos e hijas, eso alimentará la confianza y la comunicación. Tendrá una familia "más unida".